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El primer hotel argentino atendido por jóvenes con síndrome de Down

El primer hotel argentino atendido por jóvenes con síndrome de Down

En Villa Carlos Paz funciona el primer hotel del país atendido por personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual. Se trata de El Cid, un hospedaje de tres estrellas de la ciudad cordobesa, fundado en 1966, donde la Fundación Unidos por la Inclusión Social (Upis) desarrolla una innovadora idea que sólo sucede en dos países: aquí y en Italia.

El proyecto madre, que luego llegó a Córdoba, nació en la ciudad de Asti, en el piamonte italiano. Allí, entre las colinas, un pequeño hotel, con casi nueve punto en la puntuación de los especialistas, da un servicio único a nivel mundial, que además de confortar, conmueve: el 50% de su personal son jóvenes con síndrome de Down.

El nombre del lugar es "Albergo ético" (en italiano) y su creador es Mauro Dagna, un habitante de Asti que recorre el mundo en bicicleta. La idea le gustó tanto a Lucía Torres, madre de Bruno, que tiene esta condición, que se vio inspirada por el proyecto italiano y decidió replicarlo en su Villa Carlos Paz natal.

"En el 2017 se empezó a gestar este proyecto. Me puse en contacto con Dagna, que le encantó la idea, y también con Rodrigo Cerna, que es dueño del hotel, quien le pareció muy viable la idea", cuenta Lucía, que cuenta con el apoyo y compromiso de la Asociación Hotelera y Gastronómica de esa ciudad turística.

"La idea original era poder adquirir un establecimiento hotelero propio para poder llevarlo a cabo, y repetir exactamente el programa como se hace en Asti”, agrega Lucía. Pero el costo elevado de adquirir un establecimiento propio y el interés que despertó en la comunidad hizo que el proyecto se readaptara.

Actualmente, hay cinco personas con síndrome de Down que trabajan en el hotel El Cid. Sonia (40), Daniel (35), Gabriel (38); Lautaro (26) y Natalia (19). Van de lunes a viernes, cuatro horas por día, para cumplir tareas de todo tipo, con la mayor de las eficiencias.

"Trabajan en la recepción, el comedor, las habitaciones, la cocina y en mantenimiento. Hay uno en cada puesto y después van rotando. La idea es que todos vayan adquiriendo el conocimiento de los lugares", señala Torres.

El proyecto funciona dentro del programa Promover del Ministerio de Trabajo de la Nación, el cual entrega subsidios para los beneficiados.

"La capacitación se las damos nosotros. Y el Gobierno aporta un salario por las cuatro horas de trabajo. Pero sólo es por seis meses. Y eso es problema porque hay chicos que necesitan más tiempo para aprender un oficio", señala presidente de la fundación.

"Nuestro objetivo es que una vez que pasen por el programa, ellos sean autónomos e independientes como cualquiera de nosotros. Acá les enseñamos la vida tal cual es, sin ninguna sobreprotección", agrega Lucía.

"Vemos progresos todos los días. Los cambios que tuvieron a nivel de personalidad fueron increíbles", dice Lucía, y da un ejemplo: "Natalia, que tiene 19 años, por primera vez en su vida viajó sola en colectivo, desde Cosquín, donde vive. E hizo 35 kilómetros y caminó varias cuadras para llegar al hotel. Esto antes era impensado".

Torres sueña con que su iniciativa en El Cid llega, algún día, a lo que hoy ocurre en Asti. "En Italia, después de seis años, dejó de ser una fundación la dueña del hotel y pasó a ser una cooperativa. Hoy, esos chicos con síndrome de Down son empresarios hoteleros".

Publicado Mayo 27, 2018

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